Ediciones AqL invita a integrar la séptima edición de Galería Poesías y Cuentos. Al igual que las anteriores la edición será por el sistema de cooperativa. El equipo editorial de ALGOqueLEER seleccionará el material recibido.

...............Si piensa en editar, consúltenos: Ediciones AqL / Director: Luis Alberto García / Uruguay 39 – Vicente López...............
........................4709-1909 / 15-6162-1273 / edicionesaql@yahoo.com.ar / http://edicionesaql.blogspot.com.........................

jueves, 8 de enero de 2009

1976 – Señas peligrosas // María Silvia Pérsico

EL 522 era unos de esos colectivos lecheros a los que había que tener mucha paciencia, especialmente a las siete de la mañana, con el viento y humedad de pleno invierno marplatense, en que hasta los sabañones se le congelaban.
Ese día, Laura había llegado a la terminal de ómnibus, un portón junto al de la Escuela 2, en una calle mejorada, paralela a la ruta a Balcarce, poblada de quintas de bolivianos y de casas construidas ladrillo sobre ladrillo.
Ya había pasado un año y medio desde que la habían trasladado de la 10. Hacía un solo turno, pues su bebé de pocos meses y la carrera humanística que intentaba estudiar no le dejaban más tiempo para el trabajo.
Se había granjeado la confianza de sus compañeros: El maestro de séptimo, un jardinero que, después de la escuela, se hacía sus changas en los jardines de los chalets de Parque Luro y Los Troncos. Serena enseñaba Lengua en sexto y séptimo y se había recibido hacía poco de Profesora en Letras; se interesaba mucho por literatura infantil. Hacía poco que se había reincorporado a la escuela, después de tener un bebé. Los de la parada de colectivos las confundían a menudo: jóvenes, humanistas, con bebés llegados al mundo hacía poco.
Durante la mañana, cuando llovía, no había recreo al aire libre (no saber cuándo se va a largar el chaparrón ni hasta cuándo se mantendrá la neblina que llenaba todos los espacios de la galería y que invadía las clases enfrentadas y unidas por los adoquines gastados del patio); así que el mate cocido se servía bajo los techos de los pasillos.
Susana, la vice, era de las maestras de antes; de caligrafía aplicada, respetuosa de las normas, de sonrisa amplia y dientes de aviso publicitario.

Laura se encargaba de Cruz Roja. Revisaba cabezas a los de quinto, casi todas las mañanas. Se había tomado el trabajo de armar una campaña contra los piojos. Su largo y fuerte pelo morocho se pescaba de vez en cuando unos cuantos bichos, pero sonreía suave con sus dientes perfectos para seguir con la nada agradable tarea.
Al primero que revisó fue a Matías, el canillita. Venía dormido, de trabajar dos horas, repartiendo diarios en la calle. Ahí nomás, le atrapó uno y, sin perder tiempo, improvisó la clase para todos: incrustó al bicho moribundo entre dos tiritas de “cintascoch”, que adhirió a un marco de diapositiva y la proyectó a sus alumnos. Tanta impresión causó, que al día siguiente, unos cuantos llegaron con olor a kerosén. Y la seño se apareció con el pelo a la “garzón”, por cierto un poco malhumorada.
También organizaba consultorios para los padres del barrio. Una vez llevó a médicos del Hospital Regional y se quedó boquiabierta cuando descubrió que los padres casi no frecuentaban al profesional y que ésa era la única oportunidad de hacerlo. Así que aprovechó y una tarde presentó, con los alumnos, una obrita de teatro que dejaba mensajes sanitarios: La bruja saludable, se llamaba.
Otra vez, los colectiveros del 522 habían ofrecido un micro para llevar a los chicos a conocer el Puerto. Aprendieron sobre las artes de pesca y el fileteado, después de recorrer un frigorífico y ver el trabajo que se hacía.
Otra vez fueron a Sierra de los Padres con el ómnibus cedido por la provincia. Muchos ni conocían más allá de la esquina de su casa. Y para que sus alumnos tuvieran experiencias lo más vivenciadas posibles, invitó un día a un pescador de altura, quien se mandó con una historia real de naufragio, que los chicos escucharon con atención y después hicieron todas las preguntas del caso.

—Su marido llegó a eso de las diez y media para buscar a Laura –contó Susana–. Yo estaba en la secretaría. No tenía buena cara. Le hice dos o tres preguntas sobre el accidente de sus suegros por Gualeguaychú. Eran de Corrientes, ¿sabés? Y menos mal que firmó el retiro pasadas las once menos cuarto, cuando se fueron.

Sólo voces, pasos... Y el sonido del mar, el oleaje de mis pechos cargados y mi bebé llorando...

Fue cuando estaban acomodando los libros de la biblioteca con los chicos en la clase de Serena. Matías, el canillita, se asomó primero, los ojos hacia el patio. "Seño, seño, venga". Todos se acercaron a los ventiletes entornados, justo cuando hombres verdes bajaban intempestivamente de un jeep y abrían el portón de la escuela.
El rumor corrió por la hilera de adoquines y se filtró por todos los oídos. La buscaban a Laura.
Algo resonó adentro. ¿Laura estás? ¡Lobo está! La mañana de niebla los vio retirarse sin la compañía que buscaban.

PIDO EL ESFUERZO SOLIDARIO A CAMBIO DE ORDEN Y JUSTICIA PARA SUPERAR LA CRISIS Y OFRECER TRABAJO Y HONESTIDAD EN EL GOBIERNO A CAMBIO DE PACIENTE COMPRENSIÓN EN EL PUEBLO PARA ENCARAR LA REORGANIZACIÓN NACIONAL A TRAVES DE OBJETIVOS PRECISOS.

“La noche. Mucho más allá de la medianoche. Y las voces. Quejidos. Sollozos. Ecos de espantos ahogados... Y las sombras. El eco de las sombras.”

Arrorró mi nene, Arrullo que te arrullo. Me desgarro a lo todo. Tengo la boca llena de tierra. Y siento que pienso. Porque no estoy acostada sólo por un rato. Estoy aquí, pensando boca arriba en aquel tiempo, para olvidar mi soledad.

“Sintió que la cabeza se le clavaba en el vientre. Trató de separar el vientre de su cabeza, de hacer a un lado aquel vientre que le apretaba los ojos y le cortaba la respiración; pero cada vez se retorcía más, como si se hundiera en la noche...”

LA INMORALIDAD Y LA CORRUPCIÓN DEBEN SER ADECUADAMENTE SANCIONADAS LA ESPECULACIÓN POLÍTICA ECONOMICA E IDEOLÓGICA DEBEN DEJAR DE SER MEDIOS UTILIZADOS POR GRUPOS DE AVENTUREROS PARA SUS FINES.

Serena estaba en su casa cuando se aparecieron. “Era de noche. Dormíamos. El bebé, en su cuna. Entraron de madrugada, nos llevaron y encerraron en un galpón, supongo”, contó. “Después no supe nada más de Juan hasta que nos metieron en la camioneta y aparecimos en un baldío por el puerto. Habrían pasado unas horas. Antes del mediodía estábamos en casa de mamá y yo dándole la mamadera a la beba”.
—¿Qué me van a hacer? –Preguntó ella.
—¡Solo contestá lo que se te pregunta! –vociferó uno.
—¿Dónde está mi marido? –reclamó ella.
—¡En la mierda! –contestó el otro.

“Tiempo después... Habrían pasado dos semanas ”, contó la vice, “ vino alguien a casa, de parte de Laura. Hablaba lo justo y no tenía intención de largar prenda. De cualquier manera, le pregunté si ella y su marido estaban bien. Me respondió con un sí seco. Yo no podía dejar de preguntarle por el bebé. “Con los abuelos, en La Paz”, me dijo. Y ahí mismo se fue, sin decir adiós señora ni nada por el estilo... Eso decían, que a ella la habían “chupado” cuando había ido a buscar su cheque a la Municipalidad y a él, que lo habían matado cerca de Bahía Blanca. Que tenían un arsenal en la casa, eso dijeron. No supimos más”. Después, nos enteramos de que al bebé lo habían dejado sano y salvo en la tintorería de unos amigos, cerca de su departamento.

Aquí abajo una siente alivio y aunque no haya aire se respira mejor. Hablo de ellos que deben estar con sus pecados a cuestas. Por eso mejor aquí donde no hay luz, pero se respira mejor y no los veo. Mi sombra debe andar rondándolos. Y no pueden cerrarme la boca porque sigo hablando para que me escuchen.

NO HA CAIDO SOLAMENTE UN GOBIERNO SINO QUE SE HA CERRADO UN CICLO HISTORICO PARA DAR PASO A OTRO NUEVO.

—¿Pero quién dio la orden, carajo? Son otros – vociferó un suboficial.
La colonia de lobos marinos descansaba al pie de la escollera sur. Olas considerables golpeaban contra el murallón, recordando la presencia de los bancos de arena del fondo. Adentro, algún velero que otro del Náutico, algún barco de pesca o los barcos escuela. Camuflados delante de los galpones negros, dos submarinos largos y angostos en desuso.
—¡Que los suelten! ¡Pedazo de boludo! –ordenó otro.
El marinero levantó la barrera y dio vía libre a la camioneta que llevaba a dos personas, no incluyendo al chofer.
.

No hay comentarios:

Costo. Calidad. Confianza.

Fundada en 1998, más de 100 libros editados, más 60.000 ejemplares impresos...
...Tantos números para describir a una editorial en la que lo que más importa son las palabras y las personas que están a ambos lados de las mismas... tras ellas: usted, autor y frente a ellas: usted, lector.